El largo peregrinar del maratoniano

Cuando alguien decide cambiar de especialidad, tiene que saber que esa decisión acarrea unas consecuencias y cuando hablamos de maratón, éstas se ven acentuadas.

El entrenamiento de maratón es cómo una paella a la que le vamos echando poco a poco los ingredientes. El problema que tiene es que una vez los echas, no los puedes retirar todos de la paellera.

Es decir, una vez que empieza el ciclo de entrenamiento específico para la maratón, sabes que no te queda otra que entrenar y entrenar, hacer quilómetros y quilómetros, tiradas, series cortas, largas, ritmos controlados...y, esporádicamente, hay competiciones. Ahí está el problema.

Cuando hacía distancias más cortas (5000-10000), algunas veces descansábamos para determinadas competiciones (no para todas) y eso era gratificante ya que las piernas pedían guerra. Ahora ya no es así. Ahora existen unos ciclos: dos semanas de carga + una de descarga, y eso no se toca casi nunca, con lo que si te toca competir en segunda semana de carga...

Pues es lo que me va a tocar este fin de semana en Manchester.

Siempre me ha hecho ilusión correr las carreras encuadradas en la BUPA. Son carreras de nivel donde se corre mucho, mucho. Veo los principales inscritos y asustan los nombres sólo con leerlos: Gebre, Makau, Abshero, Lebid, dos japoneses de 1h01-1h02… ¡Mamma mía! y yo en segunda semana de carga, ¡si estoy doblado!

Pues es lo que me toca. Me va a tocar sufrir de lo lindo porque estoy reventado. Esta semana han sido días de más de 30 km y eso fisiológicamente, es duro. No ha habido día fácil.

Sé que si descansara un poco mi rendimiento mejoraría exponencialmente pero no me toca. Me toca sufrir y saber que la marca que haga será con las piernas duras. No esperéis grandes marcas. Espero sacar el 100% de rendimiento a como estoy. ¿Qué marca haré? Eso lo veremos el domingo.

Ahí reside la grandeza de la maratón y el sufrimiento de las preparaciones.

Carles Castillejo.

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Más info: Bupa Great Manchester