El pequeño gran hombre

Este fin de semana he estado dando un paseo por Rotterdam. Un paseo de 22km a un ritmo endiablado, con muchos cambios de ritmo, viento, frío... No me gustaban esas condiciones, pero giraba mi cabeza y en medio de un grupo borroso de gente, emergía la pequeña figura de alguien vestido de azulgrana, con un escudo en el corazón. Nos cruzábamos la mirada y volvía a girar la cabeza. ¡¡¡TODO VA BIEN!!

Pero el camino hasta aquí ha sido muy largo y muy duro. Sólo él y sus más allegados conocen todas las historias habidas, todos los problemas surgidos, todas las contrariedades encontradas...Yo, un amigo suyo, conozco algo de su historia...

Nacho arriesgó muchísimo por correr Castellón. Él sabía que iba justo de tiempo pero había un billete olímpico en juego. A la postre me lo llevé yo, pero ya sabéis que la distancia de Filipides es muy traicionera. ¿Y si me hubiese pasado algo? Esa variable fue la que empujó a Nacho a preparar a fondo ese Campeonato. 

No salieron las cosas como nos esperábamos (y menos él) y empezó un largo peregrinar por el desierto de las carreras en Catalunya: San Silvestre, Media de Terrassa, Media de Granollers, Media de Barcelona, 10k de Sant Antoni... Muchas competiciones y resultados poco acordes a su nivel. 
¿Porqué? Pues sencillo; al principio de enero aún pagaba la preparación maratoniana. En febrero y, a pesar de entrenar mucho, tuvo que superar (sino recuerdo mal) una bronquitis...Todos esos malos resultados le estaban llevando por la calle de la amargura, minando día a día su moral y confianza, hasta dudar de sus capacidades.

Pero un día, un rayo de luz entró por su mirada y se clavó en su mente. Es año olímpico y ese tren es el último para el que puedo tener billete.
Se rodeó de las personas a las que más quiere, trabajó aspectos anteriormente olvidados y se fué a entrenar, entrenar y entrenar. Amén de descansar. Fuera redes sociales, fuera distracciones. Solo concentración.
El viernes nos reencontramos después de un largo tiempo. Le ví igual que siempre. Pero no, algo había cambiado en su forma de hablar. Sereno, tranquilo, sin alterarse. Otras veces habria estado carcomido por los nervios. Esta vez, no.

Hicimos un viaje tranquilo y nos instalamos en el hotel. Al ser tarde ya, deshicimos bolsas, cenamos y a dormir juntitos (que no revueltos) por motivos técnicos.
El sábado era el día clave. Sí sí. El día antes es muy "cabroncete". Puedes malgastar mucha energía pensando en el día de la carrera. Mi misión era entrenenerlo.

Por la mañana hicimos un rodaje activador a lo Rafa Iglesias , eso es acabando fuerte el último 500. Buenas sensaciones. Por la tarde, reunión técnica de las 17 a las 18.
Y aquí llega el momento más complicado en el que empiezas a pensar en el mañana de manera radical ya que empiezas ha hacer avituallamientos, dorsal, chip...

Creo que por las muestras gráficas aquí presentes, os dais cuenta que nos pasamos una tarde muy divertida y amena en la que nos reímos sanamente de nosotros mismos y conseguimos pasar de estar pensando constantemente en la carrera. Para él esto fue muy importante, fue una piedra más con la que edificar su marca.

El domingo amaneció nublado, frío y ventoso.
Al soplar viento norte teníamos 20km más o menos favorables para luego tener dos tramos complicados: del 20 al 30 y del 36 al 38. Por lo tanto, había que guardar fuerzas para esos tramos.
Mi labor era muy sencilla, ayudar a marcar el ritmo hasta el km22. Yo tenía mis dudas al respecto. Poco entreno llevo encima pero también sé que cuando me pongo un dorsal...

La carrera salió rapida y con constantes cambios de ritmo ya que la liebre principal iba con un garmin...y se regia por él. Varios kms a 3'04-3'05 y muchos entre 2'59-3'02 hacían que el paso de la media fuese rápido (1h04'38).
Hasta ese punto Nacho tuvo dos sustos idénticos: se descolgó en los avituallamientos del km10 y del 20. En el primero lo ayudé a enlazar con el grupo. En el segundo me pilló en cabeza del  grupo. Al verlo lo tuve claro. Yo freno. Si me quieren adelantar que lo hagan. No lo hicieron y en cuánto nuestro protagonista enlazó, me puse nuevamente a tirar.

Me retiro en el km 22 viendo una imagen tranquilizadora: dedo pulgar en alto de Nacho.

Me reuno con los amigos y la pareja de Nacho. Me ayudan a cambiarme de ropa en el metro y raudos al km 28 para animar.
Llegamos justo para verlo pasar. Sigue en grupo.

A partir de ahí empieza su lucha personal. Se queda sólo en el km 30, lucha contra sus dudas de experiencias anteriores y se planta vacío de fuerza en el km 38 puesto que se ha vaciado en el último tramo de aire en contra. De ahí a meta es fácil pero va justo de fuerzas desfondándose justo al final...lo vemos pasar a 50m de la meta y nos giramos viendo el crono...2h11'52,53,54,55,56...¡¡¡¡57!!!! Brazos en alto, saltos y lágrimas de alegría inundan nuestros ojos. ¡¡Lo ha conseguido!!

¡Por fin baja de 2h12!

Corremos a felicitarlo. Se reúne con sus amigos de toda la vida y se emociona...no sabe lo que le espera.

A medida que va asimilando el éxito conseguido, también vamos acercándonos al final del viaje. Aterrizamos en Barcelona. Una Barcelona iluminada, preciosa. Y cuando se abren las puertas del aeropuerto, su familia explota en un grito de alegría (me emociono sólo de recordarlo). 

¡¡Abrazos y besos por doquier a Nacho y a mí!! Cual sorpresa me dieron cuando en ese momento tan íntimo y tan personal se acordaron de mí. Un simple amigo que no ha hecho nada. Es él el que ha corrido. Sinceramente, me hicieron sentir especial.
El viaje llegó a su fin. Nacho por fin pudo descansar y saborear su exitoso retorno a la distancia de Filipides.

Desde lo más profundo de mi corazon te felicito por lo conseguido ya que independientemente de lo que pase de aquí al 8 de Mayo, tu sabes que vales para esto y que a pesar de todos tus males, sabes que estas rodeado de un grupo maravilloso de gente y eso es impagable.
Descansa, disfruta y haznos disfrutar.

Un abrazo de tu amigo.

Carles Castillejo

Adjuntamos el vídeo de la entrevista que hizo Carles a Nacho horas antes de la carrera.